 Arriba, el Puente Salomón, dos fotografías de dos de los ferrocarriles de la época con las largas colas de vagonetas de mineral.
 En las ilustraciones inferiores, y de izquierda a derecha, ferrocarriles del Museo Minero, y a la derecha, vista individual del vagón del Maharajá, también en el Museo Minero.
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Un emblema de la zona también lo constituye el trazado ferroviario, construido por la Río Tinto Company Ltd; cuenta con más de 300 km. distribuidos entre los 84 km. de la línea Riotinto - Huelva, denominada Vía General, y los 264 km. con que contaba interiormente la explotación para la extracción de mineral y transporte de los obreros entre los pueblos.
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Aguas del Río Tinto |
La vía general se caracteriza por discurrir junto al Río Tinto hasta su desembocadura, en la ría de Huelva, un río con un color rojizo debido a su nacimiento en los alrededores de las explotaciones mineras, en el que, según se ha podido comprobar recientemente, y contrastando con las teorías de hasta ahora vigentes, el Río Tinto posee vida, se trata de microorganismos que se asemejan a la vida existente en el planeta Marte.
La vía Férrea Riotinto - Huelva se realizó en 1.875. El ingeniero encargado de este ambicioso proyecto fue George Barclay Bruce.
El ferrocarril se diseñó con vías de anchura inglesa (1,067 m). Los primeros 30 km. (Huelva - Niebla) no supusieron grandes dificultades técnicas, por la fácil orografía de esta zona de la campiña onubense. Desde Niebla hasta Riotinto el trazado tuvo que sortear gran cantidad de obstáculos, para lo cual se construyeron cinco túneles y ocho puentes, todos ellos diseñados por Bruce entre 1.873 y 1.875.
El Puente Salomón, es el más largo de los que atraviesan el Tinto en su tramo medio, cuenta con 68 m. de longitud y da salida al túnel que, con el mismo nombre, horada la masa forestal del Coto Nacional Pata del Caballo.
Por otra parte, el transporte de viajeros, sobre todo dentro de la comarca, fue también muy importante - 1 millón de pasajeros al año - y no se paralizó hasta el año 1.967 en que se sustituyó por el transporte por carretera.
La RTCL contaba con un extenso parque de locomotoras, vagones y vagonetas de mineral.
Entre estas muestras del patrimonio ferroviario, debemos destacar el llamado Vagón del Maharajá, construido en 1.812 para un viaje de la Reina Victoria de Inglaterra a la India que no llegó a realizarse.
La RTCL lo adquirió poco después para ser utilizado en la visita de la Regente María Cristina a la Cuenca Minera.
Actualmente podemos admirar esta obra de arte en el Museo Minero de Riotinto.
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